Están formados por vasos sanguíneos y se hacen visible durante los primeros días de vida del bebé, pueden crecer durante algunos meses y alcanzando su aspecto final hacia los 6 meses.
Son tumores que se presentan con más frecuencia en las niñas, en la raza blanca, en bebés prematuros, recién nacido de bajo peso y en hijos de madres con placenta previa o que han tenido hipertensión durante el embarazo.
La causa de los angiomas en bebés es desconocida. Pero se cree que el factor desencadenante es la hipoxia (la disminución de oxígeno en los tejidos hecho que estimularía la activación de factores de crecimiento vascular y el posterior desarrollo de los angiomas).
La mayoría de angiomas en bebés aparecen inicialmente como una pequeña marca, un arañazo o granito rojo. Crecen a partir de las primeras 2 a 3 semanas de vida y se producen un abultamiento que cambia de color a rojo intenso o violeta cuando son superficiales, o azul o violeta cuando son profundos. El crecimiento más rápido se produce en los 3 primeros meses de vida. Suelen ser redondos u ovalados, aunque las lesiones más grandes siguen la forma de la parte del cuerpo afectada.
Después del período de crecimiento, continua el periodo de involución (la disminución del el tamaño y el color) esta fase puede durar varios años.
La involución no siempre significa que la hemangioma “desaparezca” y no quede marca, a veces puede dejar un exceso o alteración de la textura de la piel.
Los angiomas son lesiones completamente benignas, sin embargo aproximadamente un 10% puede dar alguna complicación que se relacionan con:
La hemangioma infantil es una lesión completamente benigna, sin embargo aproximadamente un 10% puede dar alguna complicación. Las complicaciones se relacionan con:
La mayoría de los angiomas en bebés no necesitan ningún tratamiento ya que desaparecen por si solas pero hay algunas hemangiomas infantiles que, por su localización (cerca del ojo, si cierran el oído, si dificultan la alimentación), por su rápido crecimiento, o por estar en la cara y ser desfigurantes desde el punto de vista estético, pueden necesitar tratamiento.En estos casos, si que se debe considerar realizar algún tratamiento para prevenir que van a dejar una secuela inetética.
Las opciones terapéuticas son variadas, incluyen el uso de medicamentos tópicos y/u orales, láser o cirugía. Es importante la valoración por un pediatra o dermatólogo pediatra para aconsejar sobre la necesidad de tratamiento y el tipo de tratamiento para cada caso.
La prevención en los angiomas en bebés consiste en la realización de un diagnóstico oportuno, considerando las localizaciones y tipos de angioma que podrían presentar inconvenientes, además del tratamiento de las complicaciones una vez se presenten, con el objetivo de disminuir las secuelas.
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El tumor benigno más común en la infancia, también conocido como una “marca de fresa”.