Esta patología ocurre cuando la uña es demasiado ancha y se enclava en los bordes de la piel periungueal.
La cirugía se indica sobre todo tras episodios repetidos de infecciones (paroniquias) o por dolor.
La corrección de la uña incarnata consiste en estrechar la uña a nivel de su origen para evitar el traumatismo repetido de la piel periungueal. Requiere levantar una parte de la uña (lámina ungueal) y extirpar parcialmente la zona donde se apoya la misma (lecho y matriz ungueal). Después se recoloca la uña y se dan unos puntos de sutura sencillos desde la uña a la piel.
Se hace bajo anestesia troncular del dedo en régimen ambulatorio.
A veces la cirugía no es definitiva y pueden requerir otras cirugías añadidas. En algunos casos pueden persistir restos de matriz ungueal que generan uñas bífidas o irregulares.
Tras la cirugía, se llevará un vendaje ligero que podrá ser cambiado a los 2-3 días. Las curas son sencillas y consisten en el lavado diario y la aplicación de un antiséptico. Solemos indicar antibióticos durante unos días para evitar la infección.
Será necesario usar un calzado cómodo y transpirable.
En general, se puede reiniciar la vida normal en varios días. Los puntos de sutura se retiran en unas 2 semanas aproximadamente.
La uña crece completamente en unos 3 meses aproximadamente.